El patrón de ADN de un niño resulta de la combinación de la mitad de los marcadores de su padre y la mitad de los marcadores de su madre. Si el supuesto padre no comparte marcadores con el niño, ese hombre queda excluido como padre biológico (no es el padre). Si el patrón de ADN coincide, el padre no queda excluido (él es el padre) y se informa la probabilidad de paternidad (que normalmente es mayor del 99.00%).